Sex and the City: The movie

Entre mis amigas de aquí y de alla teniamos una apuesta en version relajo: Cual de nuestros novios/maridos iria a ver Sex & the City con nosotras. Mariano le dio un rotundo NO a Leandra; Gerardo se puso alante mandandonos la tira comica que ilustra esta entrada, dejandonos entender que ni arrastrado iria; Jason mando a Betsy con sus amigos gay a ver la película y a mi, Dan me propuso un reemplazo: Por que mejor no iba con su padrastro de 72 anos a quien le haria bien dar un paseito..? Asustado y creyendo que la cosa iba en serio, le toco a Woody, el padrastro de Dan, negociar su no ida y me comenzó a intercambiar su compania en la peli con la de mi suegra… Dan abrio los ojos como dos medios pesos, “No, a mama no le va a gustar…”, y asi fue como termine yendo sola a ver Sex & the City en un cine en Los Angeles, solo para encontrarme en la fila con decenas de mujeres en las mismas y un unico hombre al alcance de la vista que, igual que tal como temia Gerardo que le pasara a el, estaba siendo casi empujado por la novia quien le insistia “You can do this honey, you can do it…” . y es que, si hay un trofeo al chick flick por excelencia hay que darselo a Sex & the City, sin duda alguna.

Según yo los chic flicks tienen éxito en el publico femenino por lo mismo que los films de accion son bien acogidos por los varones: Son predecibles y dejan una sensación de que todo es posible si uno esperar hasta el final de la peli, que no matter what happens entre el principio y el final (cuantas persecuciones, lagrimas, confusiones y ventanas rotas) todo va a estar bien y las cosas se van a resolver dejandonos con un sentimiento de que finalmente hay justicia en el mundo. En ese sentido, son experiencias comodas. En el Caso de Sex & The City la peli ademas nos lleva de regreso a una atmosfera mucho mas acogedora que nos es conocida (la vida de Carrie y las chicas) y de la que tambien nos sentimos parte por partida doble. Por un lado hemos visto a estos personajes en todo tipo de situaciones, enfermedades, amores, rupturas, viajes… Vestidas impecablemente y desvestidas tambien. Conocemos sus imperfecciones, sus manias y sus flaquezas. Las hemos visto llegar a donde estan. Por otro lado, en ellas nos vemos hasta cierto punto reflejadas, explicadas, acompanadas y aliviadas. No somos tan raras, no estamos tan solas, he ahí en la pantalla el porque hago o digo tal cosa, es asi como me siento a veces y es ahí donde uno mira al lado para ver si el novio o el esposo no estara por aquí cerca…

Sex & the City es un chic flick descarado y sin pretensiones. No pretende ser distinto a la serie, no pretende dar conclusión a la serie, no pretende llevarnos a un final feliz, no pretende llevarnos a un lugar impredecible, no pretende cambiar el mundo, ni cambiar a nadie, simplemente nos deja con la sensación de que esta bien ser como somos, que no hay formula para la felicidad, ni para el romance perfecto, que cada historia esta bien siempre que sea fiel al verdadero yo de cada quien… Eso siempre y cuando se sepa mantener el estilo y el glamour, cueste lo que cueste. Los personajes tampoco aspiran a ser "role models" y sus vidas giran en torno a cosas generalmente tachadas de tontas y superficiales. En cierta forma realizar una serie y una película en torno a esos temas los valida, les da un aire de que es OK preocuparse en exceso por la apariencia, no escatimar en dinero para darse uno que otro capricho, enamorarse del hombre equivocado y hablar de sexo abiertamente. Por lo menos en la pantalla tienen por dos horas todo el derecho de existir y nosotras todo el derecho de disfrutarlos sin cargo de conciencia, como si de repente le hubiesen quitado todas las calorias a un postre delicioso que pensamos que no deberiamos estar comiendo.

Al final de la película muchas mujeres aplaudieron, otras suspiraron como si se hubiesen quitado un peso de encima. A lo lejos pude ver que al chico de la fila la novia le daba palmaditas en la espalda como diciendole “Good boy, good boy…”